martes, 27 de mayo de 2014

Tarde de boda

Recibimos una invitación para asistir a una boda, y empiezan los preparativos.
En primer lugar, hay que decir que este asunto de las bodas trae "cola". Le doy un doble sentido a esta palabra, porque lo tiene.  O sea, que la boda te sale por un "pico". Veamos:  La familia que recibe la invitación tiene 4 hijos (un poco exagerado en estos tiempos), aunque con dos, que suele ser el término medio, también requiere sus gastos:
-  Ropa nueva para los 6/4.
-  Zapatos nuevos para todos
- Peluquería para la mamá, cuando menos, (manicura, mechas......)
- Lavado de coche.
- Regalo para los novios.
¿Se imaginan? Si, seguro, ya que todos hemos sido invitados a algún enlace en mas de una ocasión ¿A que sí?
Pero, ¿Y qué, eh?, lo pasamos estupendamente: Comemos, bailamos, charlamos con los compañeros de mesa que en principio no conocemos de nada, pero que al final del banquete les confiamos hasta la clave de nuestro ordenador, y les pedimos que nos acepten como amigos en el facebook. Que guay, es estupendo. Los peques, pasada la cena y ya cuando disfrutamos de la orquesta que ameniza la fiesta, corren, se pelean con otros niños y sus blancas y bonitas camisas recién estrenadas quedan llenas de churretones del tomate de los espaguetti que el restaurante ha puesto como menú infantil. Y ese es justo el momento  en que hay que despedirse; los niños se ponen insoportables y hay que aprovechar el momento para desaparecer.
Hay que decir que en este tipo de eventos se desarrolla el sentido de la observación (se da mas en mujeres), ya que no se pierde detalle del atuendo de casi el resto de los invitados, o mejor dicho, invitadas. Esto queda patente en el viaje de regreso a casa, que se desarrolla, mas o menos, así:
Cuando te marchas de la fiesta y después de haberte despedido de los novios, la familia y los amigos, cargas a los niños en el coche y emprendes camino. Estás molido y deseando llegar a casita y disfrutar de la tranquilidad hogareña. Si vives cerca del lugar, no te da tiempo a comentar casi nada, y en casa tampoco, porque llegas tan rendido que nada más meter a los niños en la cama los papás caen redondos en la suya y, hasta mañana, que será otro día, pero, si es que vives muy, muy lejos, o muy lejos, o tan solo lejos, los niños se han dormido nada más arrancar y como no quieres que le ocurra lo mismo al conductor, hablas. ¿De qué? Pues, hombre, de que va a ser: ¡¡De la boda!! ¡¡Claro!! ¡¡Es lo natural!! Y comentas: 
-Pepe ¿Qué te ha parecido la boda?
-Pues, qué quieres que te diga: Psss, me he quedado in albis. Creí que comería mejor. Tengo un hambre que no veo, como que cuando lleguemos a casa y a pesar del sueño que gasto, voy a comerme un bocata de jamón con tomate que ni te cuento.
 -¿Si?
-Si. Estos restaurantes abusan mucho. Cobran el menú más de lo que vale.
-Claro, claro, pero, dime: ¿La novia, que te ha parecido? 
-Pues bien, guapa, como todas las novias.
-No creas, que no todas están guapas. Jacobita no está mal, pero el tocado dejaba mucho que desear, y el maquillaje. No parecía ella. Estaba transformada. Yo creo que las novias deben ir ese día más  naturales. Y la madrina...., pues con poco gusto, y eso que el traje se le veía caro, pero con poco estilo.
-¿No te han gustado entonces ni la novia ni la madrina?
-Siii...., pero yo imaginaba algo más elegante, ya que son una familia adinerada.
-Bueno, nunca te puedes fiar.
-¿Te has fijado en el padre del novio?
- No, no me he fijado.
-¡Bueeeno! ¡Mira que no fijarte! Pues es extraño que no hayas reparado en él. ¡¡Bajito!! Pero, bajito, eh!! El novio ha salido a él. Yo pensé que Jacobita le sobrepasaba por los tacones, pero nada de eso. Me fijé muy bien y vi que llevaba zapatos casi planos. El chico es que vale poco, la verdad. Definitivamente no hacen buena pareja, pero, mira, tiene que haber de todo.
Tampoco habrás reparado en Jacoba. No es que sea fea, pero la verdad es que le sobran unas pocas de morcillas de alrededor de la cintura. Sería una pena que Jacobita heredase eso de su mamá.
-¿Y los invitados? Algunos tenían su aquel. ¿Te fijaste en Ágata Martínez? Ja,ja,ja, ¡¡Llevaba sombrero!! ¡¡Figúrate, en una boda de tarde/noche!!
-¿Y los compañeros de mesa? ¡¡Cómo hablan!! Y los niños muy mal educados.
-Mujer..., no has perdido detalle..
-¿Y la prima de Jacobita, Terelu Villacastín? Llevaba un vestido de Zara, vamos con el dinero que tienen.
-Pues Terelu Villacastín se casará el año próximo. Lo sé porque me lo ha comentado el marido de Jacoba. Creo que deberíamos rechazar la invitación, Fortunata, que un año pasa muy pronto.
-¡Ah, eso sí que no! ¡No me la perdería por nada!
Pepe bosteza. Han llegado a casa. Ahora, aparcar, subir a los niños, saciar el apetito y.....dormir...
Mañana, domingo, se levantará a las tantas...., si los niños se lo permiten.

Conchita Zabala



domingo, 4 de mayo de 2014

Día de la madre

¡¡¡Feliz día de la madre!!! ¿Lo han pasado bien las mamás del mundo? ¿Los hijos han cumplido sobradamente con la obligación de, como buenos hijos, ofrecerle a sus mamás su cariño? Sí, ¿verdad? ¡¡Pues, claro que sí!! ¡Hoy todo es alegría y amor fraterno! ¡Júbilo y dulzura! 
Es un verdadero placer que suene el teléfono y sea un hijo que dice: ¡"Felicidades, mami"! ¡Oh, que maravilla! Sí, un gran placer, la verdad. Lo que pasa es que es poca felicitación una vez al año, ya que sin duda deberían disfrutar estas mamás de alguna fecha más de reconocimiento, no me digan. No puedo entender como con una sola vez cada 365 días puede quedar compensado el inmenso quehacer de las benditas y abnegadas mamás. Pero ésto es así, que  le vamos a hacer. Hay que reconocer que los hijos cumplen en esta fecha con su madre, aunque también han de hacerlo con sus esposas, pues algunos de nuestros amados y maravillosos hijos han formado su propia familia y entienden ahora el amor que se siente hacia los hijos  y la labor de su esposa que, como madre, dedica a sus cachorritos, por lo que es natural que compensen sus desvelos en este día,  que para éso es la reina de la casa,  y cumplir con sobrada eficacia esta grata obligación. Recordar tan sólo que también deben ofrecerle a la mamá política su atención en esta fecha.
El caso es que hoy no deja se ser un día precioso,  que se ha de disfrutar con los hijos, que son,  sin duda,  los segundos protagonistas de la historia, ya que las primeras son por supuesto las mamás.
Un beso bien grande para todas ellas, y me incluyo.

Conchita Zabala