El El ojo negro de la noche,
llora con
gran desconsuelo,
sus lágrimas
las produce
un rayo que,
algo travieso,
iluminando la
noche,
quiso desvelar
su sueño.
La tierra
que está reseca,
necesitada
de llanto,
no compadece
a la noche
que asustada
por el rayo,
ha sembrado
de alegría flores,
tierra, ríos, campos...
Llora, noche,
y no detengas tu llanto.
Tus lágrimas
son alegría.
Son alegría y son canto,
Que hacen
renacer la vida,
que celebra tu quebranto
Y la noche,
compasiva,
cuando el
susto fue pasando,
y al ver
como agradecía
la tierra su
sobresalto, siguió
llorando tranquila,
hasta que al
sol le dio paso.
Conchita Zabala
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