viernes, 14 de febrero de 2014

Día de San Valentín

San Valentín se marcha. Cada año este buen Santo baja a la tierra para comprobar el trabajo que durante un año completo se ha esforzado por llevar a cabo. Eso debe ser difícil, ya que con tanto enamorado como hay, cuesta mucho que conserven para siempre en sus corazones las flechitas que Cupido les lanza, y San Valentin intenta conseguirlo, que ya es trabajo, oigan.
Este día se celebra con la mayor ilusión. Es bonito, la verdad, pero yo imagino lo que sufrirá el pobre San Valentín cuando vea algunos de sus corazones perdidos sin remedio, tiene que ser penoso, muy penoso para él. Tratará de llevarlos de nuevo por el camino del amor, haciendo lo imposible por conseguirlo, aunque si al final no logra su objetivo, quedará para siempre un borrón en su ficha celestial. Naturalmente no todo serán borrones, ni mucho menos. Tengamos en cuenta la cantidad de eternos enamorados que existen. Todos son obra de conservación suya y solo suya. Un trabajo ímprobo, la verdad, pero grato, muy grato para él por lo mucho que le cuesta conseguirlo.  Es de suponer que a veces estos casos los relegue un poquito, sin desatenderlos, en la seguridad de que perdurará el amor en sus corazones por siempre,  para atender a los noveles que acaban de ser flechados por el angelito, ya que a éstos no hay que perderles de vista, pues necesitan de toda su atención para que fructifiquen. Y lo logra, o no, pero nunca ceja en su empeño.
En fin, que como se ve, el pobre tiene mucho trabajo durante todo un año entero, por lo que no está de mas que se le premie con este día, pues sin duda lo merece. Yo pienso celebrarlo cada año; Creo que su intercesión es fundamental para que, gracias a su buen hacer, haya en este día tantos corazones felices y enamorados.
Besos para San Valentín.

Conchita Zabala.

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