El marquesado de Vista Alegre
Disfrutando de una cena, Y sin previo requisito, Mi marido prometio La confección de unos versitos Que le escribiría yo, contestando a un compañero que junto a él se sentó.
Se
corresponde a este rol:
Tiene
gafas, es bajito
Y
una novia que es un sol.
Ignoro
su profesión,
Pero
parece que tiene
Dotes
de compositor..
A
mi marido le dijo,
Mientras
cenaban (con sorna),
Que
tenía la intención
De
componerle una copla
Haciendo
en ella mención al “Marqués de Vista Alegre” (quizás con mala intención…)
Mas,
ignora este señor
Que
meterse con mi esposo
Resulta,
sin más ni más,
Cuando
menos, enojoso,
Pues se ha tomado a broma
Su título de marqués;
Pues
es cierto, ya lo ve.
El título mencionado
De
tiempos viene a mi esposo.
Perteneció
a un coronel
Que
por su trabajo honroso
Concediéronle
el honor
De título tan hermoso,
Del cual fue merecedor.
Fue Marqués de Vista Alegre
El
coronel mencionado,
Un
antepasado suyo
(De
mi marido) ¿Está claro?
El
título fue rotando,
Hasta
que llegó a mi esposo
El
muy merecido rango.
Contaré
desde el principio:
Sucedió
que en la batalla
Más
sangrienta de una guerra
Hubieron
de prevenir
El
ataque que venía
Procedente
de Agadir.
Y
nadie verlo podía.
Y
fue el coronel Urdiales
Quien
con su vista alcanzara
A
ver como el enemigo
A
lo lejos se acercaba.
Siendo
así como les digo,
Que les salvó de morir
A
manos del enemigo.
Y debido a que la vista
Del
grandioso antepasado
Les
produjo la alegría
De
la vida haber salvado,
Fue
que en la paz le darían
(Por
la vista que tenía)
Tan
singular marquesado.
De manera que, señor,
Si es que piensa componerle
A
mi esposo una canción,
Cuente
que su condición
De
“Marqués de Vista Alegre”
Es
un título de honor,
Como
aquí se le refiere.
- Fin
-
Conchita Zabala
Año 2003
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