Hoy en día
tenemos todos muy presente que nuestra única meta es “ADELGAZAAARRR” ¿Cómo? ¡Ah¡ Ahí está el quiz
de la cuestión. Hay dietas adelgazantes por doquier: La que siguen algunas
estrellas, la que siguen otras, la de la alcachofa, etc., un montón de ellas
que, a priori, te hacen adelgazar, pero luego, las muy pécoras, se vengan de
una manera espantosa: Te maldicen con que en el transcurso de un año, recuperarás
lo perdido, más el Iva, si es que las abandonas. No sé a ustedes, pero a mí me hieren en lo más profundo, porque no
concibo la vida a dieta. Por eso y debido a mi falta de voluntad, tengo el armario bien nutrido con ropa de diferentes
tallas: 46 – 48 – 50…. (La 44 dejé de usarla hace tiempo inmemorial). Que adelgazo, una talla; Que engordo, otra, y parece que así no sufro tanto. Bueno,
no sufro tanto si no tengo la debilidad de mirarme en un espejo. Esta coquetería no me la quita ni los años.
Pero sufro, ¡Ay lo que sufro!
Ahora estoy
pensando en seguir alguna. Podría ser la última que hice, que me adelgazó
rápidamente, dejándome la mar de guapa, pero
¡Y lo que me cuesta! ¿Y hasta que la empiezo?
¡¡Un triunfo!! Eso es lo que me cuesta. Y te pones a pensar delante del
espejo, tratando de estilizarte: “Pues, no estoy tan mal, que digamos, o
digamos que estoy mal, pero no pienso ser tan negativa” ¡Sí que mi contorno está más redondito! ¡Sí que parece que me ha aumentado algo el cu….!
¡A ver, voy a probarme ese pantalón que hace un mes me estaba tan guapo! Me lo pruebo y
¡Oh! Vaya por Dios, me tira un poco de tiro y la cintura me aprieta,
vamos que no me lo puedo abrochar… O sea, que lo pongo en el montón de los desechables
cuando engordo y agarro uno de mayor talla. ¡Ay! (Suspiro resignado).
A pesar de todo, creo que conseguiré cambiar a
una talla menor en….., bueno en el menor tiempo posible, aunque no doy fecha.
Cuando lo consiga, mi alegría no tendrá límites. ¿Lo verán? Ja, ja, ja, en el
fondo me da risa. ¿Es que las rellenitas (no más) no tenemos derecho a la vida?
Pues yo creo que sí, y que tampoco hay
para tanto. Todos engordamos si comemos (con alguna salvedad), y que si la
mayoría de los delgados están así es porque son inapetentes, se cansan pronto de comer, cosa que no nos
pasa a nosotros, que siempre o casi siempre tenemos apetito y casi siempre nos
gusta lo que comemos.. Ya sé que todo esto es discutible, pero yo no lo pienso
discutir. Ahora voy a prepararme un poquito de merienda, rica, rica…
No hay comentarios:
Publicar un comentario