lunes, 4 de noviembre de 2013

La granja de Tomás



                                                                               LA GRANJA DE TOMAS
                                                                                                          
 
La granja de Tomás está repleta de animales variados: Están las gallinitas con sus pollitas, los cerditos con sus hijitos,  y los conejos con sus gazapos. Todos ellos viven felices, pues la granja es un lugar alegre y bullicioso. En la granja también están Lucas y su compañera Salerosa, dos burritos blancos que se llevaban muy bien con el resto de los animales.
                                                                                                                                              
Todos los días, Lucas y Salerosa salían a dar un paseo por los alrededores de la granja, siempre con la compañía del resto de sus amiguitos de la granja, que iban encantados,  pues les gustaba  contemplar el  bonito paisaje del que disfrutaban durante el paseo.

Un día observaron que una de las gallinitas, la de cresta más grande y roja, no iba con ellos. Todos se sorprendieron y regresaron a la granja  a ver qué es lo que le había ocurrido, mas, no encontraron a la gallinita, lo que les  llenó de preocupación.

Pasaron la mañana tratando de encontrarla, sin éxito.  Miraron por los huecos de los árboles, por las madrigueras que encontraron a su paso, y por todos los lugares donde pudiera haber  sido presa de alguna alimaña, que, al no conocer a la gallinita,  pensara desayunársela. 

Llegó la noche y la pobre gallinita no aparecía y todos se fueron a dormir, con la esperanza de que a la mañana siguiente apareciera.  No ocurrió así, ya que cuando el gallo cantó, muy temprano y con su canto despertó a los demás, vieron que no había regresado, lo que les hizo pensar que ya nunca más volverían a verla. A pesar de todo, salieron de nuevo para comenzar otra búsqueda. Lucas iba dirigiendo la marcha y ordenando qué lugares deberían inspeccionar, que pasaron por alto el día anterior. 

Así pasaron unas horas, cuando, de repente, Salerosa rebuznó con fuerza, para llamar la atención del resto. ¡Había encontrado plumas blancas a la entrada de una guarida!! ¿Podrían ser de nuestra amiga la gallina? Todos estuvieron  de acuerdo en que sí, que sería posible, y comenzaron a saltar de alegría. Habría que entrar en aquel agujero.  ¿Quién entraría al rescate?  Estaba claro que ni Lucas, ni tampoco Salerosa tendrían ese privilegio; las gallinas no parecían las más indicadas para hacerlo, por lo que todos dirigieron su mirada hacia Mico, el conejito. Este no puso ningún inconveniente y rápidamente se introdujo con facilidad en la madriguera. Después del alboroto que escucharon, vieron como un poco desplumada, salía la gallinita, seguida por su valiente salvador,  Mico.
 
Lo primero que hicieron fue alejarse de aquel lugar a todo correr.  Llegaron a la granja muy cansados, pero contentos por haber conseguido encontrar a su  amiga la gallinita, quien les relató seguidamente como fue capturada por  una serpiente malvada, que la separó de sus compañeros y que a punto estuvo de comérsela , cuando Mico apareció, enfrentándose a la peligrosa serpiente, a la que venció.
La granja de Tomás fue de nuevo alegre y bulliciosa como siempre, y Tomás jamás llegó a enterarse de lo sucedido.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado

Conchita Zabala

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